Aunque sé que hay gente que se vuelve loca con esta tarta, la verdad es que para mí no es la más deliciosa (ojo, que no es que no esté mala ¿eh?) pero sin duda sí la más bonita o por lo menos la más vistosa y es genial lo bien que queda cuando apareces con ella en casi cualquier ocasión ya sea en cumpleaños, fiestas, cenas, navidad...
Su elaboración no es difícil en sí, aunque es bastante entretenida. Ésta es la receta y el método que sigo yo desde hace algunos años y de momento me funciona muy bien.
¡La foto no es buena porque nos ansiamos al comerla! |
La gracia de esta tarta es hacer capas de bizcocho. Podemos hacerlo de 2 ó 4 capas (ó incluso 6 para los valientes), según los bizcochos que queramos hornear o la altura y diámetro del molde.
En mi caso yo considero que dos capas es suficiente (más capas con más buttercream a mí me empalaga) pero esto ya es a vuestra elección.
¡Vamos a ello!
Para la masa:
-120 ml de aceite de girasol
-300 gramos de azúcar
-2 cucharadas de cacao sin azúcar (yo uso el de lata de la marca valor)
-2 huevos
-3 cucharaditas de extracto de vainilla
-240 ml de leche entera
-1 cucharadita de colorante rojo (tiene que ser en pasta, si no no quedará rojo)
-300 gramos de harina tamizada
-2 cucharaditas de zumo de limón
-1 cucharadita de bicarbonato
-2 cucharaditas de vinagre blanco
Lo primero que tenemos que hacer antes de que se nos olvide es precalentar el horno a 180º y engrasar el molde con mantequilla y harina para que la tarta no se nos pegue.
Mezclamos la leche y el zumo de limón en un vaso a parte para que se corte y mientras tanto batimos el azúcar, los huevos y el aceite. Cuando la leche esté cortada (tarda unos minutos), podemos ir añadiéndola a la vez que incorporamos el extracto de vainilla y poco a poco la harina y el cacao.
En un vaso a parte, mezclamos el bicarbonato y el vinagre, y cuando burbujee, añadimos a la mezcla.
¡Por fin llega el momento divertido y agregamos el colorante!
Lo ponemos en el molde y al horno alrededor de 35 minutos (de nuevo el truco del palillo para ver si está hecho).
Es el momento de preparar la buttercream. Para ello vamos a necesitar:
-130 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
-300 gramos de icing sugar
-130 gramos de queso crema (¡nada de light!)
-3 cucharadas de leche
Con una batidora de varillas, batimos primero la mantequilla, el icing sugar y la leche y cuando esté integrado, incorporamos el queso crema y seguimos batiendo hasta que quede una crema homogénea.
Volvemos a la parte divertida: ¡A decorar!
Lo primero que tenemos que hacer es con un cuchillo (a mí uno jamonero me funciona genial, pero hay cuchillos especiales para esto) igualar la parte de arriba del bizcocho si ha quedado abultado y darle la vuelta para que ese lado que hemos arreglado quede en la parte de de abajo de la tarta y no se vea. No debemos tirar lo que haya sobrado ya que nos va a servir para decorar después.
Cortamos el bizcocho en dos partes y rellenamos con la crema.
Lo cerramos, lo cubrimos por todas partes y metemos en la nevera unos 20 minutos para que se endurezca.
Ahora con una manga pastelera podemos hacer la decoración que más nos apetezca y usar las migas que guardamos de igualar el bizcocho.
Como siempre que una tarta lleve queso, hay que guardarlo en la nevera.
¡Buen provecho!
Estupenda como todo lo que haces 😘
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