Va a parecer que sólo me gusta cocinar dulce...
Hoy toca carrot cake. Yo diría que es mi favorita, ya que no es excesivamente dulce y ese toque de zanahoria hace que quede muuuuy jugosa.
La preparación en realidad es bastante simple. Lo único que realmente me da pereza de esta tarta es rallar la zanahoria, pero si tenéis la suerte de tener un robot picador lo podéis hacéis en segundos.
Para el bizcocho:
-200 ml de aceite de girasol
-200 gramos de azúcar moreno
-300 gramos de zanahorias peladas y ralladas
-240 gramos de harina tamizada
-3 huevos
-1 cucharada de canela
-2 cucharaditas de levadura
-Nueces peladas y cortadas, un puñadito (opcional)
-Pasas, un puñadito (opcional)
-1/2 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
Comenzamos mezclado los huevos, el azúcar y el aceite. Incorporamos poco a poco el resto de ingredientes y horneamos unos 30 minutos ("truco del palillo limpio") a 180º en el horno precalentado y en un molde engrasado con mantequilla y harina para que no se nos pegue.
Mientras que se enfría el bizcocho, aprovechamos para hacer el frosting:
-130 gramos de queso crema frío, recién sacado de la nevara (ya sabéis, ¡nada de light!)
-130 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
-280 gramos de icing sugar
Primero mezclamos la mantequilla y el icing lugar. Cuando ya esté completamente integrado, añadimos el queso crema. ¡Ahora sólo queda decorar!
También podéis cortar el bizcocho en dos capar y ponerle frosting dentro, pero como yo no soy muy fan del dulce, sólo suelo ponerlo por encima.
Lo dicho: súper fácil, rápida y deliciosa. ¡Buen provecho!